Buenas chicos, hoy vengo con una nueva entrada del recorrido por Europa. Se va acercando el verano, las vacaciones, el calor (aunque aún nos queda el último empujón para terminar el curso), y me ha dado por recordar mis viajes por Italia.
El primero de ellos fue hace unos años, en agosto, hice un crucero y tuve la oportunidad de viajar a Rávena y a Venecia.
RÁVENA es una ciudad pequeña, situada en la costa, y con muchísimo encanto desde el punto de vista artístico y cultural. Cuando me enteré de que era uno de los destinos me hizo mucha ilusión, porque ese año había estudiado en Historia del Arte la iglesia de San Vital, que he de reconocer que me dejó sin palabras.
Otro de los destinos, como ya he dicho, fue VENECIA, ciudad italiana, muy especial. Lo más impactante de la misma, como todos sabéis, es que está llena de canales, y que cientos de góndolas navegan por ellos, dotándola de un encanto muy particular. Además de pasear por ella, tuve la oportunidad de visitar bastantes lugares, de los que destacaría la Plaza de San Marcos con su gran basílica, que me pareció realmente impactante. Además, alrededor de la misma, había muchos artistas captando algunos de sus detalles con lienzos apoyados en grandes caballetes.
El arte no tiene ni límites ni lugar específico para ser creado, es el artista el que decide qué, cómo, cuándo y dónde.
Ahora hablaré de mi último viaje a Italia (por el momento), que fue el pasado verano, cuando fui con mi madre a ROMA cinco días.
ROMA es una gran ciudad, capital del país, interminable e incansable desde el punto de vista artístico.
Es una de las ciudades que más rincones especiales esconden, en cada esquina, en cada calle, puedes encontrar algo que quiza ni estaba señalado en el mapa turístico.
Aparte de visitar lo típico, el Coliseo, todas las iglesias, el Foro Romano, pasear por las calle, ver el Moisés, viajar al Vaticano y admirar la riqueza cultural que allí hay, pude visitar algunos museos, y contemplar muchos cuadros que previamente conocía, y también otros de los que no había oído hablar.
MUSEOS VATICANOS Y CAPILLA SIXTINA
Pocas cosas en el mundo me han impactado tanto como poder estar, por fin, de pie en la Capilla Sixtina. El silencio, que impregna cada pintura con un toque especial, hizo que disfrutase de aquello mucho más.
Imaginé a Miguel Ángel, subido en una estructura paralela al techo, consiguiendo esa grandiosa obra de arte, y me di cuenta de lo afortunados que somos los seres humanos de poseer el don de la creatividad.
Pasear por los pasillos de los Museos Vaticanos, encotrarme el grupo escultórico del Laocoonte, o pasar por las estancias de Rafael y poder ver El incendio de Vorgo o La escuela de Atenas.
Y finalmente, llegar a la Basílica de San Pedro y admirarla, detalle a detalle.
Por último, hablaré del PALACIO BARBERINI, Museo Nacional de Arte, galería privada, de estilo barroco. Contiene muchas obras relevantes, entre otros de Rafael o Caravaggio, de diferentes estilos, y es en sí, arquitectónicamente, una maravilla.
Espero que os haya parecido interesante, y que los que no lo hayáis hecho aún, tengáis ahora ganas de viajar a este hermoso país vecino.
Y ya sabéis...
"El mundo es un libro, y aquellos que no viajan, sólo leen una página."
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