Seguro que todos recordáis el
cuento de Blancanieves, aquella joven que vivía con los siete enanitos, a la
que una malvada bruja intentó envenenar con una manzana y que fue salvada por
un príncipe. Bueno, y ¿recordáis al cazador que la dejó escapar? Hoy venimos a
contaros su historia.
Hace muchos años, la magia volvió a reinar en el Bosque
Encantado, tras la partida de la malvada bruja de dos cabezas, las siamesas
Matuta, mala y astuta, y Egodia, egoísta y que tenía mucha envidia de su
hermana. Gracias ello la luz y el color volvieron al bosque, y los seres
humanos pudieron regresar a vivir allí, aún amenazados por la cercana presencia
de la bruja, que se había mudado a un castillo en una colina.
Es hora de empezar a contar la historia de los primeros
valientes que se atrevieron a volver. Bondadario, un cazador muy bondadoso y
solidario, se casó con Sori, una mujer tan original como bella. Un amable
árbol, Eluchina, muy elocuente y parlanchina, se ofreció a ser su casa, y les
abrió su tronco para que decorasen el interior como quisiesen. Ellos,
agradecidos, aceptaron la oferta. Una mañana, escucharon un ruido en la casa, y
Bondadario se levantó para ver qué era. Encontró un pequeño animalito, de color
verde, que se había perdido y buscaba cobijo.
- Hola pequeño, no tengas miedo, ¿cómo te llamas?
- Soy Cari, he visto vuestra casita, con chimenea,
y me ha parecido un buen lugar para calentarme. Soy muy cariñoso, prometo que
no molestaré.
- No te preocupes, puedes quedarte, nosotros te
cuidaremos.
Un soleado día, Bondadario y Sori salieron a pasear, y
encontraron por el camino una posada cuyo dueño resultó ser un viejo amigo,
Rence, que había decidido construirla en medio del bosque para alojar a los
viajeros que pasasen por allí. Tras hablar un rato, éste les dijo que las
brujas Matuta y Egoida buscaban un cazador valiente que realizase sus encargos.
Decidieron aceptar porque no tenían suficiente dinero para comer.
Lo que ellos no sabían, era que Rence estaba compinchado con
la malvada bruja. Cuando la pareja se fue, hizo su aparición Corazón, la
conciencia del posadero y le dijo:
- ¿Cómo has podido traicionar a tu amigo y
enviarle a las garras de la bruja?
- No me hagas dudar, trabajo para ella y tengo que
seguir sus órdenes.
- Te arrepentirás si no cambias de opinión,
deberías pensar con el corazón, yo sé que eres bueno…
El primer día que Bondadario fue a trabajar, únicamente tuvo
que matar dos animales para que la bruja comiese, cosa que no le pareció fuera
de lo normal.
El problema vino al día siguiente, cuando la bruja, muy
enfadada al haberse enterado de que Blancanieves, una joven del bosque, era más
bella que ella, mandó que el cazador la matase y le trajese su corazón como
prueba. Bondadario quedó muy asustado, pero no tenía otra opción, porque si no
lo hacía, algo malo le ocurriría a él y a su familia, así que se encaminó hacia
la casita donde vivía la joven con los siete enanitos.
Al llegar, se asomó a la ventana, y vio lo felices que
estaban, cantando, comiendo y jugando todos juntos. Pensó en su familia, y lo
mucho que les quería, y no fue capaz, ni siquiera de entrar en la casa.
- ¿Cómo voy yo a matar a una niña y a unos
enanitos? ¿De verdad se me ha pasado por la cabeza hacerlo? Tengo que marcharme
de aquí, ¿qué voy a hacer ahora?
Buscando una solución a su problema, decidió visitar a su
amigo Rence, y le contó que su idea era llevarle el corazón de un ciervo a
Matuta y Egodia, como si fuese el de Blancanieves.
En cuanto Bondadario se marchó, el posadero fue a ver a la
bruja y le contó su plan, para que estuviera preparada.
- ¿Qué estás haciendo Rence? – le dijo corazón
cuando salió del castillo – Tienes que darte cuenta de que merece más la pena
ser bueno con los demás que tener mucho dinero obedeciendo a alguien que te
trata mal y saca lo peor de ti.
Rence no le hizo caso y se fue a
casa, siguiendo con su trabajo diario.
Esa misma noche, Bondadario llegó al castillo con el corazón
falso, y la bruja le estaba esperando con una poción mágica.
- Aquí tienes el corazón, he realizado el encargo
como me dijiste – les dijo Bondadario a Matuta y Egodia
- Muchas gracias, puedes irte – dijo Egodia
- ¿Cómo que irse?
- respondió Matuta - Se ha creído que puede engañarnos…este corazón no
es de Blancanieves, y ya sabes lo que ocurre cuando alguien nos
miente…recibirás tu castigo, y también lo hará tu mujer
Entonces, Matuta secuestró a Sori, la llevó al castillo y la
encerró con su marido. Después les obligó a tomarse la poción que les había
preparado. Dejó a Bondadario sin articulaciones, y el pobre no podía apenas
caminar. A su mujer la convirtió en una muñeca de trapo, con cicatrices por
toda la cara. Les llevó a su casa, y les abandonó allí.
- ¿Qué vamos a hacer? Necesitamos solucionar esto,
seguro que Rence nos ayuda, Cari, vete a por él – dijo Bondadario dirigiéndose
a su pequeña mascota, que inmediatamente salió corriendo a buscar al posadero
- Me voy a mi habitación, y no saldré hasta que
vuelva a ser normal – gritó Sori, que se estaba llorando, y se encerró.
Cari llegó a la posada, se asomó a la puerta y vio a Rence
hablando con la bruja, que estaba diciendo:
- Has cumplido bien tu trabajo, gracias a ti me he
enterado de lo que ocurría, han estado a punto de engañarme
- Lo sé, siempre cumplo mis promesas
La bruja se fue, y Corazón insistió de nuevo:
- Si sigues así, vas a acabar como ellos, tienes
que hacer lo que de verdad sientes, tú eres buena persona, ¡tienes que
recapacitar y ayudarles!
- No sé qué hacer, tengo miedo, y creo que tienes
razón – contestó Rence
Cari, abrió la puerta, entró corriendo y gritó:
- Todavía estamos a tiempo, puedes contarles la
verdad a Bondadario y Sori, ellos lo entenderán…
- Vale, es lo que debo hacer, me he portado muy
mal y ahora tengo que solucionarlo.
Los dos corrieron a por la pareja, y les encontraron
tristes. El posadero reconoció todo lo que había hecho, y Bondadario, le
perdonó. Antes de haber encontrado una solución, Corazón, tuvo una idea:
- Mi función contigo era conseguir que resurgiera
la bondad que había dentro de ti, aposté por ti y está claro que lo he
conseguido. Ahora los dos hemos ganado. Por eso, ya no me necesitas, pero hay
alguien que sí. Matuta y Egoida, no tienen corazón,
necesitan uno, y la solución a todo esto es que yo viva dentro de ellas.
- Pero, ¿te perderé? – preguntó Rence.
- No, siempre viviré en tu interior, me recordarás
cada vez que hagas una buena acción.
Corazón se dirigió al castillo, y mientras la bruja dormía,
se introdujo dentro de ella. De pronto, las dos siamesas se convirtieron en una
bella princesa sin maldad alguna, llena de ilusión por comenzar una nueva vida.
La maldición de Bondadoso y Sori se rompió y volvieron a ser los de antes.
Así, el Bosque Encantado, fue por fin un lugar lleno de paz,
y el cazador, su mujer, su amigo Rence y Cari, vivieron juntos y felices para
siempre.